Día 27
“Pero Jesús dijo: Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí”. Lucas 8:46
Quien tocó a Jesús en aquella ocasión, fue una mujer que padecía de flujo de sangre desde hacía doce años. De manera valiente, se acercó por detrás y tocó el borde de su manto; tal vez siendo pisoteada y maltratada por la multitud debido a que Jesús, mayormente, estaba rodeado de mucha gente; posiblemente, arrastrándose para no ser vista en su objetivo, lo logró y fue sana en el momento. Quizá mucha gente tocaba a Jesús, se movían a su alrededor, pero este toque fue diferente y así lo destacó Jesús, fue un toque de fe.