En los niños con autismo se ve afectada la interacción social, por esta razón, iniciar el juego, seguirlo, imaginar y crear situaciones suele ser complicado. Como padres, será necesario tomar en cuenta unas pautas fundamentales para que el juego sea funcional, beneficioso y guíe a un juego de disfrute con otros niños.

A continuación, describimos 9 pautas que ayudan a iniciar el juego:

  1. Identificar qué tipo de juego le atrae al niño. Aunque queramos trabajar, por ejemplo, la parte sensorial (porque pensamos que es lo que necesita) debemos partir de los intereses del niño (coches, bloques, cuentos, pelota, etc). A partir de su interés, podremos guiarlo a otros juegos que consideremos importantes y que llamarán su atención.
  2. Adaptar el juego. De manera que se comprenda lo mejor posible (esto lo tendremos que hacer muchas veces) nos daremos cuenta de que todos los juegos pueden ser útiles y que todo depende del uso que le demos. Además, debemos tomar muy en cuenta la edad del niño, por lo tanto, esta puede ser la tarea en la que debamos invertir un poco más de tiempo.
  3. Establece una rutina. Si es posible, intenta que siempre sea a la misma hora, en el mismo lugar; al principio, esto dará confianza al niño y le ayudará en la noción del tiempo y la actividad.
  4. Busca un espacio apropiado. El suelo es ideal. Intenta quitar los detalles que puedan distraer en la habitación o el salón; en la medida de lo posible, controla el ruido e iluminación del lugar.
  5. Tiempo del juego. Un juego muy extenso puede cansarle, por lo tanto, debe ser objetivo, preciso, con un inicio y final marcado y bien logrado.
  6. Forma de guiar el juego. Intenta que las instrucciones sean claras, sencillas, una a la vez y, sobre todo, en forma de juego (imaginar y crear historias atractivas); de esta manera será mejor su comprensión y atención.
  7. Asume una posición cercana. También en el suelo, próxima a ayudarle en lo que necesite, utilizando voz suave y atenta, dando instrucciones sencillas y buscando siempre el contacto visual y la atención del niño mediante pequeños y suaves toques.
  8. Anticipa guiando con pasos. Podrías decir: “Ahora jugamos con los coches, pero luego, haremos una estrella con plastilina”. De esta manera, el niño estará más atento y seguro porque sabe lo que hará después.
  9. Diversión. Si nuestro enfoque es que el niño disfrute el juego, que se divierta, que sonría… vamos bien. No nos concentremos sólo en enseñar y que aprenda, la diversión le llevará al aprendizaje.

Y ya que conocemos estas pautas generales, en nuestro próximo post daremos algunas ideas de los divertidos juegos que podemos hacer en casa con los niños.

“Los niños juegan como viven, y jugando aprenden a vivir”. José Martí.

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