Día 21

Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy”. 1 corintios 13:1-2

Éste es el inicio de uno de los capítulos más hermosos de la biblia, “la preeminencia del amor”. Preeminencia quiere decir primacía, la importancia que tiene algo por su valor o méritos sobre las demás cosas.

En este capítulo, el apóstol Pablo recalca la primacía del amor de una manera tal que lo eleva por encima de hablar en lenguas, por encima de la profecía, por encima de la ciencia y los misterios espirituales, por encima de la fe, por encima del dar y despojarse de todo, por encima del sacrificio vivo. Es mucho decir, ¿verdad?

¿Pero qué es el amor para que Pablo lo haya elevado a tal manera?

Una de las definiciones comunes que más nos gusta, define el amor como el afecto por el cual el ánimo busca el bien verdadero.

Ahora bien, ¿qué dice la biblia sobre la verdad? Juan 14:6 dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Uniendo estas dos definiciones: el amor es el fruto de la verdad, que es Jesucristo. Por esta razón es que el amor es el fruto principal del Espíritu. Gálatas 5:22.

La palabra amor viene del griego ágape que describe la actitud de Dios hacia su hijo y hacia la raza humana.

Dicha actitud no la comprendió Jonás cuando fue enviado por Dios a predicar a Nínive, por eso Dios tuvo que meterlo en el vientre del pez y darle la lección de la calabacera; Dicha actitud no la comprendió el mismo Pablo antes de encontrarse con Jesús y ser transformado; y es que el amor amerita acción, y esa acción la describe Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna”. Se desprendió… se desprendió de su hijo que es el árbol y la fruta de la vida y la sembró en cada uno de los corazones de los que creen en Él para que no perdamos y tengamos vida eterna. ¡Un nuevo comienzo, un nuevo principio!

La biblia dice que cada árbol se conoce por su fruto, ¿qué fruto estás dando? ¿nuestra actitud nos lleva a la acción? ¿estamos demostrando el amor de Dios a los demás? ¿cuál es nuestro reflejo?

«El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor». 1 Juan 4:8

Oremos por más amor en el mundo

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