Hay muy buenas noticias para las personas que están a punto de perder facultades mentales. En un estudio de 2010 publicado en Archives of Neurology, los investigadores reunieron a un grupo de personas con deterioro cognitivo leve (los que empiezan a olvidarse de las cosas, por ejemplo, o que se repiten con regularidad) y les pidieron que hicieran ejercicio aeróbico durante unos 45 a 60 minutos diarios, cuatro días a la semana, durante seis meses. Al grupo de control se le pidió que hiciera estiramientos durante los mismos periodos de tiempo.

Al principio y al final del estudio, se llevaron a cabo test de memoria. Los investigadores concluyeron que la función cognitiva en el grupo control (estiramientos) siguió empeorando. Sin embargo, en el grupo experimental (ejercicio físico) no sólo no empeoró, sino que mejoró. Los sujetos que habían hecho ejercicio respondieron correctamente a más preguntas tras seis meses, lo que indica que su memoria había mejorado.

Estudios posteriores con resonancias funcionales revelaron que el ejercicio físico aeróbico puede hacer retroceder la reducción de los centros de memoria asociada al envejecimiento. Este efecto no se halló en ni en los grupos de control que hicieron estiramientos o ejercicios de tonificación, ni en otro grupo que hizo ejercicio de resistencia anaeróbico.

En conclusión, el ejercicio aeróbico puede ayudar a mejorar el flujo sanguíneo en el cerebro, a mejorar el desempeño de la memoria y a conservar el tejido cerebral.

Entonces, no se diga más. Si no haces ejercicio aeróbico, apúntalo a partir de ahora como una de tus rutinas. Tus facultades cognitivas te lo agradecerán. 😉

Fuente: Comer para no morir. Gene Stone y Michael Greger

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