Día 17
“Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino”. Marcos 10:51-52.
Día 17
“Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino”. Marcos 10:51-52.
Día 16
“Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto”. Mateo 5:48
Jesús vino a morir por nuestros pecados y a restablecer el vínculo de la humanidad con el Padre; con su mensaje, nos enseña a vivir como Dios quiere: “en perfección”.
Día 15
“El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni aún como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Más el publicano, estando lejos, no quería ni aún alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, que soy pecador”. Lucas 18:11-13
Día 14
“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo” Juan 16:33
Sin duda, uno de mis versículos favoritos, lleno de fortaleza y claridad sobre dónde estamos, qué pasaremos y quién venció primero.
Día 13
“Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob: Te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura”. Génesis 25:29-34
Día 12
“Y lo hizo así Noé; hizo conforme a todo lo que Dios le mandó”. Génesis 6:22
Lo que hizo Noé, fue construir un arca con instrucciones específicas de Dios (dimensión, tipo de madera, cantidad de pisos…) porque el Señor mandaría un diluvio que inundaría la tierra, pero aclaró a Noé: “Más estableceré mi pacto contigo”. Un pacto que le protegía de esta destrucción junto con su familia.
Día 11
Una tarde, salía de un parque un poco distraída, iba pensando en no sé qué cosa, cuando justamente ya en la puerta, levanté los ojos y por unos segundos quedé inmóvil y con una cara de espanto que pocas veces en mi vida. Era un hombre de unos 55 años y tenía una enorme deformidad en su rostro, nos miramos, yo no pude disimular mi asombró al encontrarlo de frente y también él se detuvo unos segundos para luego seguir su camino.
Día 10
Mateo 6:1 “El pan nuestro de cada día dánoslo hoy”.
La primera vez que se menciona la palabra «pan» en la Biblia, es tras la sentencia de la justicia divina que dictó Genesis 3:19 “con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás”.
El fracaso del hombre, su infidelidad, su desobediencia, habían traído como consecuencia el hambre y la sed. Hambre que no sería saciada fácilmente, hambre infinita, pues luego de trabajar (con el sudor de su frente) para poder saciar su apetito, al cabo de unas horas volverían a tener hambre.
Día 9
“No tengas a tu sierva por mujer indigna; porque hasta ahora he orado a causa de mi gran congoja y aflicción”. 1 Samuel 1:16
Esta fue la respuesta de Ana al sacerdote Elí, luego de que ella, al ir al santuario a orar con un corazón afligido, un semblante triste, moviendo sus labios pero hablando en su corazón, el sacerdote pensara que estaba borracha y le reprendiera.
Día 9
“ Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”. Génesis 2:16-17.
Adán y Eva fueron privilegiados, Dios les dio autoridad y una propiedad para que administrasen, les dio alimento, les puso nombre… El propósito de Dios para con ellos era de bienestar, nada les faltaría, sabían en su condición de creación quién les había entregado todo, era Dios, todo se lo debían a Él.