Día 47

Un carpintero tenía un hermano que era un músico famoso. Cuando vino de visita a la compañía constructora donde trabajaba, el capataz le dijo:

— Debe estar orgulloso de tener un hermano que el mundo entero conoce por su música.

Luego, sintiendo que quizá había menospreciado a su empleado, agregó con torpeza:

— Por supuesto, no todos en la familia pueden tener el mismo talento.

— Usted tiene razón. Mi hermano no sabe nada acerca de construir una casa. Tiene la suerte de poder contratar a otros para que le construyan la suya. Mientras él sostiene con sus manos un instrumento, yo, con las mías, tomo el martillo y cada uno puede hacer una gran obra de arte.

«Porque ¿quién te distingue? ¿o qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué te glorías como si no lo hubieras recibido? 1 corintios 4:7

¿Alguna vez te has sentido desanimado(a) por lo que haces? ¿Comparas tu talento con el de los demás? Cada persona tiene talentos dados por Dios, debemos enfocarnos en desarrollarlos y que sean útiles para nuestra vida y la de los demás, de eso se trata… de poner nuestro talento en las manos de Dios y ver cómo obra extraordinariamente a través de ellos.

Que la vida no transcurra lamentándote de lo que quieres hacer y no haces, de tu trabajo, de aquello que te sustenta; más bien, da gracias al Señor porque te ha bendecido poniendo grandes cualidades en ti, poderosas para su obra.

Compartir: