Uno de los mayores enemigos de una relación es la rutina. Es como un virus que se instala y se va expandiendo poco a poco hasta dañarlo todo. Es donde vemos las mismas conversaciones, los mismos planes, los mismos horarios para todo… Y es que, aunque la rutina forma parte de la vida y del amor, llega un momento en que se apropia de manera absoluta de la relación haciéndola aburrida, triste, sin vida… Pese a esto, la rutina también es necesaria; es imposible tener una vida de espontaneidad e improvisación absoluta, por lo tanto, es necesario inyectar en ella dosis de pequeños gestos, detalles y acciones que llenen día a día la relación de vida y entusiasmo.

Son muchas las causas por las cuales se puede alojar a la rutina: dar por hecho el amor, falta de comunicación, cansancio, estrés laboral… Sea cual sea la razón, es necesario recuperar lo que se ha perdido, así que, veamos algunas recomendaciones para vencer la monotonía y volver a sentir la hermosa energía que fluye en una sana relación de pareja.

  • No planificar. Como desean tener todo bajo control, tienen una agenda para programar cada cosa y la verdad es que, lo que inició como una idea original se ha convertido en un gran estorbo para hacer cosas diferentes juntos. Será necesario tener ideas al momento y ejecutarlas, eso no significa que no continuarán con su organización del tiempo sino que pasará a un segundo plano y serán más las salidas espontáneas.
  • Hacer nuevas actividades en común. Si siempre quisieron ir juntos a natación, por ejemplo, es el momento de hacerlo. Involúcrense en alguna actividad deportiva, social, educativa… algo que los una y motive a hacer cosas diferentes para alcanzar un fin.
  • Encender la pasión. Y para esto no hay fórmulas mágicas; se apagó y hay que encenderla con excitantes y novedosos cambios; recuerden las miradas, los mensajes, los detalles que uno al otro compartía antes y después de cada encuentro, las formas de seducción a la pareja que se fueron convirtiendo en estiramientos y bostezos. ¡Es apremiante buscar una solución a esto!

Recuerden que la comunicación es fundamental, a la rutina se llega, precisamente, porque hizo falta comunicación y sinceridad para expresar: “Me siento aburrido(a)”, “Hacemos siempre lo mismo”, “Necesitamos cambiar”. Y es que hasta los besos llegan a saber igual cuando la monotonía hace una casa en la relación y dispone la manera en la que marcharán las cosas.

No permitan que esto los lleve a un distanciamiento emocional; la rutina es un enemigo tan poderoso que lleva a muchísimas parejas a la consulta psicológica, si no es que antes terminan rindiéndose y dan por acabada la relación. Tomen fuerzas para luchar pensando seriamente en algo: “la rutina es otra forma de morir”.





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