Día 38

Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal? Job 1:8

Todos los seres humanos, en algún momento, hemos pasado por difíciles pruebas, por momentos de desesperación y sin fuerzas para continuar. La Biblia menciona a Job, un hombre íntegro que pasó por grandes dificultades, todas ellas, dieron como resultado ver de qué estaba hecho este hombre, su fidelidad se puso a prueba en medio de sus dificultades.

¿Cuesta ser el mejor? ¡Claro que cuesta! Mira qué cierto es, que a Job, ser el mejor le costó que se levantase la envidia más profunda y despreciable del mundo, el mismo Satanás dijo a Dios: “¿No le has cercado alrededor a él y a su casa y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición; por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra. Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia”. Job 1:10-11

En otras palabras: ¿Quién no es bueno cuando en todo le va bien? ¿Cómo no soy el mejor si estoy lleno de bendiciones? ¡Así es fácil!

El resto de la historia, ustedes lo conocen. Jehová dijo a Satanás que podía tocar todo lo que Job tenía, pero no matarlo. ¡Y vaya que se aprovechó! Job lo perdió todo: hijos, riqueza, amigos, salud…

Job superó la prueba porque tuvo una buena actitud, aceptó la realidad que vivía, no buscó culpables, adoró a Dios en medio de su tormenta y, sobre todo, no blasfemó (esto era lo que, al principio, Satanás dijo que haría). Al final, Dios le entregó aún más de lo que tenía y aumentó el conocimiento de Job sobre quién era Dios. “De oídas te había oído; Más ahora mis ojos te ven”. Job 42:5

¿Puede decir Dios lo mismo de nosotros? ¿Puede exponernos como hombres y mujeres de integridad? ¿Pasaríamos la prueba? ¿Pecamos en hechos y/o en palabras cuando nos sale algo mal en el trabajo o en casa? ¿Culpamos a Dios de nuestros fracasos?

Tal vez será necesario que pasemos por difíciles pruebas para entender la soberanía de Dios, para conocerlo realmente… Cuando te vaya bien, alaba a Dios; si te va mal, alábale aún más y busca en Él refrigerio y ayuda en los momentos de angustia. Dios es el único que puede, con su mano fuerte, protegerte de los ataques del enemigo y darte la victoria.

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