Día 30

Un maestro oriental, cuando vio como un escorpión se estaba ahogando, decidió sacarlo del agua. Cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la reacción al dolor, el maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose.

El maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el escorpión lo picó.

Alguien que había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: “Perdone… ¡pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo picará?”.

El maestro respondió: “La naturaleza del escorpión es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar”. Y entonces, ayudándose de una hoja, el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.

Tal vez, en alguna ocasión has pensado: “Estoy cansado de ser bueno y que me paguen con mal”, “Ahora seré yo el malo”, “Cuando eres bueno con la gente te tratan mal”. Nosotros respondemos ante estas afirmaciones: No cambies tu naturaleza de bondad por nada ni nadie, sigue haciendo el bien, siempre valdrá la pena. Posiblemente, has pasado por malas experiencias que te han decepcionado completamente, pero ante todo esto, lo importante es tomar precauciones y elegir cada día, pase lo que pase, hacer el bien.

En mateo 25:40 encontramos: “De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.” 

Cuando habla de pequeño, se refiere al desamparado, al débil, al huérfano, al necesitado.

¿Recuerdas la historia del buen samaritano? De ese hombre que cayó en manos de ladrones y le dejaron casi muerto tirado en el camino, varias personas pasaron cerca y sólo lo rodearon dejándolo a su suerte, pero un samaritano vino cerca de él y tuvo misericordia, lo curó y llevó a un lugar para que cuidasen de él.

Al samaritano no le importó quién era este hombre, de dónde procedía, lo que había hecho, su clase social… ¡no! Tampoco le importó desviarse de su camino o el tiempo que perdería por detenerse y ayudarlo. ¿Podríamos también hacer lo mismo?

“Y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía.» Isaías 58:10

Oremos por más amor y bondad al prójimo

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