Tomando en cuenta los hallazgos en las analíticas, en los diferentes cuestionarios de evaluación del desarrollo y en la evaluación diagnóstica integral, es hora de establecer un plan de tratamiento de acuerdo con las necesidades del niño. Cuanto antes se inicie el trabajo, será mejor.

Regularmente, luego de permitir que el niño juegue libremente y hacer las observaciones de lugar, se procede a un trabajo de psicomotricidad; esta disciplina hace énfasis en la interacción entre el movimiento, función motriz del cuerpo y el conocimiento de éste, el cual se basa en que el niño tenga dominio corporal, equilibrio, responda a los estímulos externos (reflejos) y adquiera destrezas de las relaciones espaciales que guardan los objetos entre sí con su propio cuerpo.

Además, un trabajo de logopedia que brinde al niño la posibilidad de poder comunicarse. Generalmente, hay una falta de lenguaje, por lo que será necesario establecer algún sistema de comunicación alternativo; algunos especialistas utilizan signos o pictogramas (imágenes) para que los niños puedan expresarse y recomiendan en casa que los padres lo utilicen. Pensamos que no está mal para iniciar, pero en nuestra opinión, a medida que el niño vaya avanzando, es necesario retirar estos recursos y pasar al siguiente punto. Algunos niños en los que ya se presenta el lenguaje, se vuelven dependientes de los pictogramas, no tenemos nada en contra de su uso al comienzo de la intervención, lo que sí creemos necesario es que se revise constantemente el plan de tratamiento para ir ajustándolo a las necesidades que el niño va presentando y no que sea el niño quien se ajuste al plan ya establecido.

En logopedia ayudarán al niño a iniciar una comunicación, esperar el turno para expresarse, comprender las intenciones de los demás (tono de voz, expresiones faciales…), ecolalia (repetición de palabras), utilizar las palabras adecuadas en el momento adecuado, por ejemplo, si dice: “adiós” a su llegada cuando correspondía decir: “hola”, y entre otras muchas cosas, que vaya surgiendo un lenguaje espontáneo.

Si hablamos de una fase final luego de las anteriores intervenciones, sin duda, recomendaríamos la terapia ocupacional, integración sensorial. Esta profesión tiene como objetivo capacitar al niño en las actividades de la vida diaria, fomentar la autonomía. El niño necesita una organización, en su cerebro hay estímulos sensoriales que no pueden dar respuestas adaptadas; en la terapia ocupacional se propicia esto en un ambiente de juego.

Es importante que, en lo adelante, la terapia ocupacional se realice en grupos pequeños. La terapia de grupo favorecerá la interacción del niño con sus iguales, la dinámica del juego compartido, el trabajo en equipo, la empatía y el respeto.

En nuestro próximo post, comentaremos sobre una función no menos importante, el trabajo que realiza la familia en casa. ¿Qué hacer? ¿Cómo? ¿En qué beneficiará?

¡Hasta la próxima!

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