Día 7

“Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante”. Génesis 4:3-5.

Posiblemente, has leído en muchas ocasiones la historia de Caín y Abel y sabes que terminó en el primer asesinato en la historia del mundo (Caín mató a su hermano). ¿La razón? ¡Envidia y frustración! Dos hermanos que ofrecieron ofrenda al Señor de una manera tan distinta… la biblia hace énfasis en la ofrenda de Abel diciendo: “trajo a Dios de lo primogénito, de lo más gordo”; sin embargo, la ofrenda de Caín no tuvo mayores méritos. El Señor se agradó con la ofrenda de Abel, posiblemente por dos razones: La actitud del corazón y la excelencia; y es que, Dios es un Dios de excelencia y conoce perfectamente las intenciones del corazón.

Caín podría representar el cristiano que asiste al servicio a recibir, pero nunca a dar; el que vela constantemente por sus propios intereses; el gran conformista. Aquel que no se involucra en ninguna actividad porque nunca tiene tiempo, el que no puede evangelizar porque no tiene fundamento bíblico, que desplaza las cosas de Dios en todo momento llegando con esto a desplazarse a sí mismo, pues Dios es el centro y razón de vida.

Hoy pensemos: “¿Qué estamos ofreciendo nosotros? ¿Nos ve Dios con agrado? ¿Miramos con desagrado o nos enojamos con las personas que sí sirven al Señor en Espíritu y Verdad? ¿Decae nuestro semblante por el poderoso ministerio que Dios ha entregado a otros? ¡Busca tú también la excelencia! revisa lo que estás dando y llena tu corazón de agradecimiento por las bondades del Señor, nuevas cada mañana.

“Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados; y andad en amor, así como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, en olor fragante”. Efesios 5:1-2

Oremos porque nuestra ofrenda llegue a Dios con excelencia.

Compartir: