Día 2

Pensando en todas las cosas que me gustaría hacer diariamente, me pregunté: «¿Y si el día tuviese más de 24 horas?» Tendría tiempo de hacer esto y aquello…

Encontré entonces un artículo que se llama: «Acéptalo, el día tiene 24 horas» Blog de Jordi Carrasco.

El autor explica textualmente: «¿Qué pasaría si los días tuvieran más de 24 horas? ¡Nada! Las cosas seguirían igual porque lo que realmente pasa es que nos engañamos a nosotros mismos. No nos falta tiempo, lo que nos falta es ser sinceros con nuestras prioridades«. Y sigue diciendo: «Tú eres el responsable de distribuir tu tiempo; sólo intenta que al final del día, antes de ir a dormir, puedas descansar tranquilo pensando que hiciste todo lo que pudiste, todo lo que para ti era importante, prioritario».

Nos hace felices vivir la vida haciendo lo que nos gusta hacer, no para complacer a los demás o para acumular riquezas perecederas; si conoces el propósito de Dios en tu vida, para lo que fuiste creado, puedes estar seguro que invertirás esas 24 horas sabiamente, disfrutarás cada segundo porque todos éstos te llevan al mismo camino, la plenitud que Dios quiere darte.

«Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos». Efesios 5:15-16

Oremos por la organización de nuestras prioridades.

Compartir: