Día 46
¿Sabías que Dios se agrada de la gente humilde, valiente y de fe?
¿Recuerdas la mujer del flujo de sangre? Si, esa mujer que desde hacía doce años padecía y había gastado todo cuanto tenía en médicos, pero, sobre todo, que no se rindió y con mucha fe, cuando vio a Jesús, de forma valiente se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto. Acercarse a Jesús quien estaba rodeado de la multitud no era una tarea fácil, vencer sus miedos y con tristeza del alma buscar una solución a su problema de la mano del único que podía ayudarle, tampoco lo era. Jesús le dijo: “Hija, tu fe te ha salvado, ve en paz”. Lucas 8:48.