Día 44
Un hombre dormía en su cabaña cuando de repente una luz iluminó la habitación y apareció Dios.
Dios le dijo que tenía un trabajo para él y le enseñó una gran roca frente a la cabaña. Le explicó que debía empujarla con todas sus fuerzas y el hombre hizo lo que el Señor le pidió; día tras día, año tras año, desde que salía el sol hasta el ocaso, el hombre empujaba la fría roca con todas sus fuerzas… pero ésta nunca se movía. Todas las noches el hombre regresaba a su cabaña muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano.