Únicamente la pregunta traería una avalancha de comentarios polémicos. Si hablamos desde la perspectiva de que el autismo es una condición y no una enfermedad; si hablamos de los muchos padres que han abrazado con entereza y positivismo el diagnóstico en sus hijos y luchan cada día porque ellos tengan una mejor calidad de vida; si nos referimos a la resignación de otros que deciden no llevar los planes terapéuticos e ir haciendo y maniobrando en casa como mejor pueden hacerlo… si seguimos nombrando… tal vez la respuesta sea: NO, que no se cura y otros dirían: “tampoco hace falta, mi hijo(a) es increíble porque es así”.