Día 11
Una tarde, salía de un parque un poco distraída, iba pensando en no sé qué cosa, cuando justamente ya en la puerta, levanté los ojos y por unos segundos quedé inmóvil y con una cara de espanto que pocas veces en mi vida. Era un hombre de unos 55 años y tenía una enorme deformidad en su rostro, nos miramos, yo no pude disimular mi asombró al encontrarlo de frente y también él se detuvo unos segundos para luego seguir su camino.